El circo y su impacto en la industria del tatuaje
Cómo los Sideshows ayudaron a que se popularizara el tatuaje
22 Marzo 2024
Desde la Edad Media, nos han atraído los espectáculos itinerantes que exhibían las peculiaridades de lo diferente y único. Todo lo que fuera distinto a "la norma" generaba curiosidad.
Esto no ha cambiado mucho en los tiempos modernos, es inevitable, lo excepcional nos llama la atención.
Para el mundo del tatuaje, la historia ha sido insólita. Ya que, aunque hoy en día están mucho más aceptados por la sociedad, forman parte de casi todas las culturas y casi nadie ya los mira con extrañeza...
… Hubo un tiempo no muy lejano en que un tatuaje era de lo más inusual. Tanto, que la gente pagaba por ver personas que estuvieran repletas de ellos.
Todo comenzó con la exhibición en los Sideshows, atracciones adicionales a los circos que se presentaban de manera paralela a las principales de los carnavales (de ahí su término).
Fue tanta la popularidad de estos espectáculos y fue tal el impacto cultural del tatuaje, que significó un antes y un después para este arte.
En cuestión de tiempo, los tatuajes pasaron de querer ser vistos a querer ser llevados por un amplio sector de la sociedad.
Pero antes de adentrarnos en la positiva resolución de esta fascinante historia, viajaremos un poco por el tiempo y conoceremos los grandes referentes que fueron parte de ella.
¿Nos acompañas?
Los inicios del tatuaje en el circo
Los Sideshows comenzaron a aparecer en los circos y ferias a principios del siglo XIX en Estados Unidos con la intención de complementar los circos de toda la vida.
Antes de ello, los tatuajes solo eran vistos entre marineros, soldados y convictos; y se practicaban en puertos, cuarteles militares y prisiones.
¿Te suena Sailor Jerry, el marinero precursor del estilo Old-School?
Dicen los rumores que antes de ser el mítico tatuador que conocemos hoy, participó en varios Sideshows. Supuestamente, allí fue cuando se interesó por el tatuaje y comenzó a aprender con los demás tatuadores del circo. Y fue al cabo de su paso por estos espectáculos que decidió dedicarse al tatuaje a tiempo completo para terminar convirtiéndose en uno de los más famosos de su época.
Pero antes de ello, el tatuaje no se practicaba de manera oficial. De hecho, no fue hasta su incorporación en este tipo de espectáculo que comenzaron a aparecer estudios de tatuaje como tal.
En esa época, apenas una pequeña y excluida porción de la sociedad conocía lo que eran los tatuajes, algunos ni siquiera habían escuchado hablar de ello.
Por lo que, era de esperar que la novedad pronto se convirtiera en un interés común y una excusa perfecta para sacar provecho de ello.
No podemos determinar con exactitud quién impulsó a qué, pero se cree que una forma temprana de entretenimiento público de tatuajes era la exhibición que los propios marineros hacían en las tabernas y las posadas al volver de sus travesías y mostrar sus tatuajes a la multitud mientras contaban historias sobre sus aventuras en el mar.
Entonces, es probable que esta costumbre haya ayudado a despertar el interés del público mundano.
Al mismo tiempo, se sabe que en varias de esas excursiones a lugares remotos, en ocasiones se traían nativos capturados y llevados como esclavos para ser exhibidos sin su consentimiento. Estos traían marcado en su piel motivos tribales tan inéditos que despertaban la curiosidad de cualquier occidental.
Como era algo nunca antes visto, estaban dispuestos a pagar para ver a estas personas que venían de culturas tan diferentes y desconocidas.
Así fue como rápidamente la demanda creó este nuevo tipo de atracción, además de nuevas oportunidades de ocupación.
Las primeras exhibiciones de personas tatuadas
Uno de los casos más conocidos es el del Príncipe Giolo (Jeoly), proveniente de la isla de Miangis, cerca de Filipinas.
Se cree que fue comprado como esclavo por el aventurero-bucanero William Dampier para ser exhibido en Gran Bretaña alrededor de 1690. Era tal la ignorancia y dramatización respecto a estas personas que, según cuentan, algunos creían que sus tatuajes tenían el poder de repeler víboras.
Otro caso popular es el de Jean Baptiste, también conocido como "El príncipe tatuado".
Su historia es tan curiosa como debatible, y ni los más especializados historiadores tienen del todo clara su veracidad.
Supuestamente, era un desertor de la armada francesa que encontró refugio en las Islas Marquesas y logró integrarse con los nativos hasta el punto de ser tatuado con símbolos propios de su cultura. Eventualmente, fue descubierto por exploradores rusos y volvió a Europa, donde exhibió sus tatuajes.
Aunque se ha registrado algún que otro caso similar proveniente de islas remotas, es difícil confirmar su legitimidad, ya que hay mucha distorsión e incertidumbre alrededor de los hechos.
Datos más, datos menos, lo que sí pueden afirmar los historiadores es que al principio, esta práctica estuvo marcada por la inmoralidad, la explotación y la discriminación, hasta que los exhibicionistas empezaron a sumarse voluntariamente.
Y fue entonces cuando el curso de la historia tomó un poco más de claridad.
Una historia increíble por cada tatuado
Curiosamente, estas nuevas actuaciones venían acompañadas de historias fantásticas y fábulas increíbles de dudosa procedencia. Eran parte del show y fascinaban a los espectadores, quienes quedaban estupefactos y pagaban lo que fuera con tal de horrorizarse con estos relatos “salvajes”.
Aunque son muy interesantes, no podemos contarlas todas. Por eso, escogeremos la que creemos mejor lo representa.
El caso de Nora Hildebrandt, aunque sea más incierto que cierto, es digno de contar…
Se la conoce como la primera mujer tatuada de la historia (1860 aprox.). Era hija del marinero y tatuador alemán Martin Hildebrandt.
Ella afirmaba personalmente que había sido rehén de Sitting Bull —un importante líder de la cultura nativa americana— Y que había sido atada a un árbol para ser tatuada a la fuerza por su propio padre. Contaba cómo le habían prometido la libertad si su padre tatuaba a sus guerreros, pero uno de ellos lo acusó de querer intoxicarlos, así que cambió de opinión y le encomendó tatuar a su hija de pies a cabeza.
Según Nora, tras trabajar 6 horas por día durante un año, completó 365 diseños. Y luego fue asesinado por fingir haber roto la aguja.
Su testimonio continúa con que luego del traumático evento, fue “milagrosamente” salvada por el general George Crooke. Y al cabo de unos días, mientras estaba en el hospital, dieron con ella Adam Forepaugh —propietario de la compañía de circo Adam Forepaugh Circusy— y Mr. W.K. Leary —publicista y agente que trabajó con varios circos—, quienes la convencieron de actuar en su show.
La promocionaron como "The one and only" (única e inigualable).
Esta historia popular descabellada ha caracterizado a Nora desde antaño. Algunos dicen que se la inventó para no terminar marcada por una sociedad que, aunque se maravillaba con el tatuaje, todavía condenaba a la mujer tras ciertos comportamientos "inapropiados".
Haber sido tatuada “a la fuerza” era la excusa perfecta para quedar absuelta.
Irónicamente, la incorporación de la figura femenina al espectáculo de los tatuajes fue todo un éxito, ya que atraían mucho público y en ocasiones incluso eclipsaban las atracciones masculinas.
De hecho, pocos trabajos para mujeres de la época pagaban tanto como estas exhibiciones. Así fue que, pronto, comenzaron a sumarse más mujeres al espectáculo del tatuaje.
La escena del tatuaje público no tardó en llenarse de referentes, quienes hasta el día de hoy, han dejado su huella en la historia. A continuación, hacemos un breve repaso por los más conocidos.
Los mayores referentes del tatuaje en los circos
Betty Broadbent
- Comenzó siendo exhibicionista de tatuajes a mediados de los años 20 para el Ringling Bros. Barnum & Bailey Circus, luego de que los reconocidos tatuadores Charlie Wagner y Joe Van Hart le hicieran un body suit.
- Con los años terminó practicando el oficio ella misma. Fue de las primeras mujeres en ejercer como tatuadora. De hecho, muchas mujeres se sumaron a practicar el oficio. Te contamos un poco más sobre ello en nuestra nota: El rol de las mujeres en la historia del tatuaje.
Dato curioso: sucedía a menudo que las personas tatuadas se terminaban convirtiendo en profesionales del tatuaje. - Permaneció en la escena durante unos 40 años. Se retiró en el 1967.
- En el 1981 se convirtió en la primera persona homenajeada por el Salón de la Fama del Tatuaje.
Jack Dracula
- Actuó durante 50 años como hombre tatuado. Se dice que tenía 405 tatuajes.
- Se lo conoce mayoritariamente por sus tatuajes en la cara, que eran muy inusuales en la época.
- Fue parte del Ringling Brothers Barnum Bailey Circus. También trabajó en el Dave Rosen’s Wonderland Sideshow, Jerry Lipko’s Shows y el Museo Huber Museum en Nueva York.
Mrs. Bohrman, alias Lyda Akado
- De origen alemán, es otra gran referente que comenzó actuando para el Ringling Bros. Barnum & Bailey Circus en los años 40.
- Fue tatuada por el artista también alemán Hans Ullrich en un estilo diferente que se le podía clasificar como una fusión de Japonés-Americano-Alemán y Art Deco.
- Debido a este estilo peculiar, era promocionada como "El nuevo look en tatuajes".
- Hans, junto con su mujer Ruth eran muy populares en el mundo del tatuaje. Eran miembros de los clubes Tattoo Club of America, y Butterfly Club. Siendo ella era presidenta del German Ladies' Tattoo Club.
Era común encontrar duplas de marido y mujer dedicados al espectáculo del tatuaje. Parecía una manera sensata de unir fuerzas para ganarse un reconocido lugar en el mundo circense.
Ethel Martin, alias Lady Viola
- Se la conocía como "La mujer tatuada más bella del mundo".
- Se inició en el oficio para viajar y trabajar con su esposo, Captain Gulliver, quien gracias a sus 2 metros y 50 cm, ya se ganaba la vida como gigante de circo.
- Se sabe que fue tatuada por Frank Graf en los años 20, y que la técnica que usaba en sus piezas eran adelantadas a su tiempo.
Hay testimonios que afirmaban que era la primera vez que veían a un tatuador hacer retratos tan reconocibles.
Charlie Chaplin, Tom Mix y los presidentes Wilson, Washington y Lincoln eran algunos de los que llevaba. - Trabajó durante décadas en el negocio del espectáculo y estuvo activa hasta sus 73 años.
Artoria Gibbons
- Era mujer del tatuador Charles "Red" Gibbons, quien se dice era uno de los mejores de su generación.
- Sus tatuajes cubrían más del 80% de su cuerpo.
- Algunas de esas piezas eran reproducciones magníficas de pinturas reconocidas de Rafael y Miguel Ángel.
- Actuó durante más de 5 décadas, siendo parte de los shows más grandes de la época, incluyendo el mítico Ringling, Barnum & Bailey Brothers Circus y el Hagenbeck-Wallace.
- Era de las mejores pagadas de la época y se la promocionaba como "La mujer tatuada mejor pagada".
- Actualmente, su hija se encuentra contrastando todo lo que se ha comentado sobre su vida, ya que en los registros ha habido ciertas distorsiones de la historia. Lo está poniendo todo en un libro dedicado a la vida y trabajo de sus padres, quienes fueron unos grandes referentes de la época.
Los Hamiltons, Ted & Myrtle
- Otra pareja reconocida de la industria del espectáculo de los años 20 y 30. Él tatuaba y ella exhibía sus tatuajes.
- Ella era muy popular por tener un gran back piece de pavo real hecho por el mítico tatuador y fabricador de máquinas Percy Waters. Se la promocionaba como “La muñeca tatuada”.
- Y él era conocido por haber trabajado con el reconocido tatuador Milton Zeis (alias Tio Miltie), otra gran leyenda de la época, conocido como "El rey de los tatuadores".
Maud & Gus Wagner
- Es conocida por ser la primera mujer tatuadora.
- Comenzó siendo trapecista y contorsionista. Allí conoció a su esposo y mentor, el tatuador Gus Wagner, quien pronto la llenó de tatuajes. Se fascinó tanto con el oficio que decidió ejercerlo.
- Finalmente, dejaron los circos para dedicarse a tiempo completo al tatuaje de manera oficial.
- Ambos fueron pioneros en la escena del tatuaje y son muy reconocidos hasta el día de hoy.
Estos han sido apenas algunos de los referentes más nombrados de la época, ya sea por haber servido como lienzo como por haber marcado la piel de tales personajes históricos.
La historia es fascinante y está llena de casos curiosos para indagar, pero lamentablemente, poco se ha escrito sobre la vida y las carreras de estas personas y mucho se ha divulgado sin conocer los verdaderos hechos en profundidad, lo que nos deja con un montón de información sin contrastar o verificar.
Apenas algunas notas del periódico, imágenes de archivo y palabras divulgada oralmente, pero no mucho más.
Aún queda mucho por descubrir, y todavía hay historiadores que siguen trabajando para actualizar esta parte tan importante y significativa de la historia del tatuaje. C.W. Eldridge, Anna Felicity Friedman y Lars Krutak son algunos de los actuales activos expertos en la materia.
De todas formas, no deja de resultarnos fascinante cómo la exposición de los tatuajes en los Sideshows ayudó a allanar el camino para la industria moderna.
La comercialización del tatuaje como la conocemos hoy
Pocos sucesos han impactado de manera tan significante en el negocio del tatuaje.
Para mediados del siglo XX, los Sideshows habían alcanzado una fama importante. Más de 300 hombres y mujeres completamente tatuados se ganaban la vida con ello. Y tal visibilidad había ganado este arte, que tatuar se había convertido en una profesión mucho más digna y lucrativa.
En resumen, la exposición de los tatuajes en los espectáculos secundarios circenses:
- Desperdigó una forma de arte de la cual poco se sabía hasta entonces.
- Creó un nuevo puesto de trabajo, ya que estar tatuado se convirtió en un medio de vida estable.
- Y brindó nuevas y mejores posibilidades para los profesionales del tatuaje, dando pie a los primeros estudios oficiales.
En definitiva, benefició enormemente a un sector laboral que apenas estaba naciendo y le dio el reconocimiento que necesitaba para poder evolucionar en el mercado.
Pero nada dura para siempre. Con el tiempo y los sucesos históricos, la sociedad continuó fluctuando y la popularidad de los Sideshows poco a poco empezó a decaer, y el tatuaje tomó su propio y exitoso rumbo.
Hoy en día, los circos secundarios son menos comunes y muchos los consideran reliquias de una época pasada. Sin embargo, todavía hay algunos eventos y lugares que siguen ofreciéndolos, a menudo como parte de una experiencia carnavalesca o circense más amplia, pero no con la impronta que solían tener.
Hoy nos quedan los restos de una historia curiosa, fascinante y un tanto misteriosa. Otro capítulo de la historia del tatuaje que ha sabido dejar huella.
¿Habías escuchado hablar de los tatuajes en los circos? ¿Qué opinas sobre este primer reconocimiento público de nuestro arte? Si te cautiva la historia del tatuaje, te invitamos a conocer un poco más sobre ella.