Tatuajes hechos por robots: Arte a distancia
La inteligencia artificial llega al mundo del tatuaje
27 Mayo 2024
En la actualidad, la inteligencia artificial avanza notablemente, facilitándonos algunas tareas y permitiendo la realización de otras que no se podrían lograr sin su existencia.
En esta oportunidad, la tecnología nos viene a ofrecer una opción para los amantes del tatuaje que desean obtener un diseño en su piel de artistas que se encuentran a una extensa distancia.
La compañía de telecomunicaciones T-Mobile Netherlands de los Países Bajos, impulsó un proyecto llamado “The Impossible Tattoo”, como parte de una nueva campaña publicitaria, con el fin de mostrar la velocidad y confiabilidad de su red de internet de alta velocidad.
¿De qué trata el proyecto “el tatuaje imposible”?
La empresa de telefonía móvil propone desarrollar un sistema que permita a un tatuador real realizar un diseño sobre un maniquí de piel sintética, mientras, en simultáneo, un robot a la distancia imita sus movimientos y logra plasmar un tatuaje en una persona. Todo esto, gracias a la rápida tecnología del 5G.
Noel Drew, ingeniero, tecnólogo, creativo y director, nativo de Londres – Reino Unido, fue quien se encargó de diseñar el brazo robótico y de dirigir a su equipo para su efectiva creación.
Luego, Wes Thomas, tatuador dedicado mayormente a la realización del estilo Tradicional, quien cuenta con un estudio propio en Ámsterdam, llamado “Tattooshop Schoffie”, asumió la tarea de tatuar un lienzo inorgánico, mientras, a 500 kilómetros, el invento de Noel, imitaba sus movimientos entintando la piel de la valiente Stijn Fransen, la reconocida actriz holandesa que se animó a vivir esta experiencia.
Proceso
Durante 6 semanas, Drew, junto con el equipo de diseñadores de la empresa de postproducción “The mill”, desarrollaron la tecnología necesaria que realizaría el primer tatuaje a distancia.
La construcción del dispositivo contó con elementos 100% pensados para su objetivo. Algunos de ellos fueron comprados y otros, diseñados, desarrollados y fabricados desde cero.
Para llevar a cabo el proyecto, se trabajó en un banco de impresoras 3D donde se realizaron diseños y prototipos antes de llegar al objetivo final.
Thomas, por su parte, colaboró en esta etapa involucrándose en la educación de los ingenieros sobre la singularidad de tratar con la piel humana como medio.
Desafíos camino al objetivo
Inteligencia artificial
Uno de los retos más complicados al que se enfrentaba el equipo de desarrolladores era conseguir la forma de replicar el control y conocimiento sobre la piel humana que el tatuador adquirió a lo largo de toda su trayectoria.
El artista, mientras realiza sus diferentes obras, logra adaptarse a los cambios que tiene la piel, que van dependiendo de cada persona y la parte del cuerpo que se elija.
Para evitar todo tipo de dificultades con respecto a esta característica particular, decidieron solucionarlo tensando la piel de la actriz con unas anchas tiras adhesivas, inmovilizándole el brazo y evitando los movimientos bruscos o los cambios de posición.
Abastecimiento de tinta
El tatuador, habitualmente, en una sesión común y corriente, recarga su máquina con tinta cada cierta cantidad de tiempo muy acotada.
Teniendo en cuenta que esta actividad sería muy dificultosa para el robot, Drew colocó un pequeño dispositivo en el que se suministra la tinta, evitando desplegar un gran movimiento que entorpecería la práctica.
A pasos del primer tatuaje a distancia
Antes del acto final tan esperado, se realizaron numerosas y diversas pruebas en vegetales como la calabaza, para así testear el funcionamiento y realizar los ajustes necesarios.
Luego de varios experimentos fallidos, donde el alimento sufrió las enormes consecuencias de formar parte del ensayo, decidieron que el brazo robótico estaba listo para lucirse en su tarea: tatuar la piel humana.
El momento más esperado: ¡la hora de tatuar!
El diseño fue previamente pactado por videollamada. La celebridad le pidió al artista un diseño de estilo Minimalista, el cual representara su amor por el surf y el senderismo.
Fransen admitió antes de sentarse: «Estoy bien, pero estoy un poco nerviosa».
Con todo ya listo, comenzó la increíble experiencia en donde el tatuador Wes Thomas, era grabado mientras tatuaba sobre un maniquí y el robot, ubicado a una gran distancia, copiaba sus movimientos por medio de la tecnología 5G, depositando el diseño sobre la mujer.
Durante el proceso, Fransen mantuvo una actitud tranquila y segura. Mientras se realizaba el tatuaje, un potenciómetro se aseguraba de que la aguja no entrara demasiado en su brazo.
Luego de un periodo de tiempo, finalizó la increíble aventura, dejando como resultado lo esperado y sin ningún imprevisto.
Stijn Fransen, después de observar el diseño abstracto depositado en su piel, sonrió de oreja a oreja y exclamó: “¡Vaya, tengo el primer tatuaje 5G! ¿Cuán genial es eso? ¡Ahora está en mi brazo!”
Queda demostrado que la inteligencia artificial está escalando sobre objetivos impensados, como puede ser tatuar a una persona a kilómetros de distancia.
La historia del tatuaje (si quieres informarte sobre ella, haz clic aquí), se vuelve cada vez más enriquecedora gracias a quienes impulsan diferentes proyectos que promulgan su crecimiento.
Y tú, ¿colaborarías con un robot para hacer una pieza de tu autoría?
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